Con motivo de los 90 años de la Revolución de Octubre en Rusia, acto
fundacional de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) de
las
ruinas del Imperio Ruso, publicamos el siguiente documento que es un
breve
y sencillo análisis del sistema implantado en la URSS así como en los
países de su órbita que han sido frecuentemente mal llamados "bloque
socialista". Este texto fue originalmente una charla dada por Georges
Fontenis en un coloquio en Francia denominado "De Kronstadt a Gdansk,
60
años de resistencia al capitalismo de Estado", a nombre de la Unión de
Trabajadores Comunistas Libertarios (UTCL) en abril de 1981.

---------------

LA URRS, CAPITALISMO DE ESTADO, por Georges Fontenis

Trataremos de hacer una reflexión que nos permita resaltar las
características fundamentales de la sociedad soviética. Diremos, para
empezar que no es fácil y que no tenemos a nuestra disposición ni
recetas
infalibles ni mágicas que nos abran todas las puertas de la Historia.
Nos
esforzaremos en aplicar (y es siempre complicado) el método de análisis
histórico del materialismo dialéctico el que Marx, pero también
Bakunin,
utilizaron en los comienzos de la organización del movimiento obrero.
Al
hacerlo, replicamos a aquellos que tienden al maniqueísmo que reina de
manera frecuente en las organizaciones revolucionarias.

De entrada, nos apartamos, en nuestro esfuerzo de análisis, tanto de la
idolatría a Marx, teórico de la revolución por la conquista previa del
poder político; como de cierto anarquismo ideológico y un poco
simplista,
frecuentemente también sectario, intolerante y tan dogmático como lo
que
pretenden combatir.

ESTRUCTURAS Y FORMAS ADMINISTRATIVAS

En (estos) 65 años, la sociedad soviética ha recorrido varias etapas y
ha
conocido periodos, al menos en apariencia, bastante diversos.

Del comunismo de guerra a la NEP, del periodo estalinista a la reforma
de
Kruchev, del poder discreto de las altas instancias del partido a la
preponderancia actual del ejército, hay diferencias notables que no
pueden
ser descartadas. Sin embargo, no se debe deducir que haya habido una
sucesión de sociedades radicalmente diferentes. Hoy, un cierto número
de
militantes llegan a poner en relieve los caracteres secundarios (aunque
incontestables) de la URSS, lo que los conduce a ver una sociedad que
no
sería ni socialista, ni capitalista, sino neofeudal, o faraónica, o
despótica oriental, o simplemente militar.

Nos esforzaremos entonces en encontrar a través de la historia de la
URSS
lo que le es constante y fundamental.

¿SE TRATA DE UNA SOCIEDAD SOCIALISTA?

Nadie hoy en día asume que en la URSS la repartición del producto del
trabajo es socialista, pero un cierto número de los que tienen una
actitud
crítica en relación a la URSS sostienen que, si bien las apariencias
son
falseadas por la existencia de una capa de dirigentes parasitarios, de
hecho, las relaciones de producción son socialistas.

¿Como puede un análisis serio distinguir esquemáticamente tanto
repartición como producción? Las relaciones de producción son un
conjunto
en el cual la producción de bienes por un lado y su distribución,
intercambio y consumo del otro, no son más que aspectos de la misma
producción. Es un absurdo hablar de relaciones de producción
socialistas
cuando la repartición de los productos del trabajo está basada en
privilegios que se atribuye una categoría social en particular.

Es cierto que los partidarios críticos de la URSS parecen apoyarse en
dos
premisas:

1- Según Marx, el derecho burgués es mantenido en el curso de la fase
inferior del comunismo.

2- No hay más propiedad privada sino propiedad colectiva de los medios
de
producción.

Es fácil refutar ambos argumentos:

1- En la teoría de Marx (y suponiendo que ésta sea incontestable), el
derecho burgués afecta, en la fase inferior del comunismo, las
relaciones
entre los hombres, incluidas ciertas desigualdades salariales basadas
en
las necesidades de producción, pero las cuales no afectan las
decisiones
de conjunto sobre la repartición de la plusvalía y no puede ser la
justificación de una sociedad de clases.

2- La propiedad estatal que existe en la URSS no es una propiedad
colectiva sino una que ha sido puesta a disposición exclusiva de una
clase.

Simplemente, hagámonos esta pregunta: ¿cómo puede un grupo dirigente
decidir la repartición del producto del trabajo (repartición en una
parte
acumulable y una parte consumible, y repartición de ésta última en
salarios para trabajadores e ingresos burocráticos) si no es dueño de
la
producción? ¿Si no fija éste el nivel y contenido de esta producción?,
¿si
no fija las disposiciones del plan, las normas de trabajo, las tasas de
explotación?

En la URSS, los trabajadores no tienen ninguna posibilidad de ejercer
la
más mínima influencia sobre la dirección de la economía y es la
burocracia
la que decide sobre todo, y que dispone completamente de los medios de
producción.

Lo que importa, no es la forma ideológica proclamada en una
constitución,
sino las relaciones entre los hombres tal y como son vividas
concretamente. La forma jurídica de la propiedad no es más que una
formulación súper estructural y no la imagen de las relaciones sociales
reales.

Entonces podemos afirmar claramente: No, no se trata de una sociedad
socialista.

¿SE TRATA DE UNA SOCIEDAD CAPITALISTA?

Con toda evidencia, no se trata de una sociedad capitalista clásica en
donde se apliquen las reglas del libre comercio, de la competencia al
interior del país, de la economía de mercado en el sentido común del
término, de crisis cíclicas, de operaciones bursátiles, etc.

Por una parte, las sociedades capitalistas han evolucionado, las leyes
del
capitalismo no se aplican como en el siglo XIX, ha habido desarrollo de
monopolios, intervenciones del Estado, -aun del Estado liberal-,
medidas
anticrisis, etc., sin que se pueda pensar que estas sociedades se
salgan
de alguna forma de la lógica del capitalismo. Por otra parte la URSS
constituye una sociedad de explotación en donde las relaciones de
producción están definidas por la dominación de una clase al mismo
tiempo
en el modo de gestión de la producción y sobre el modo de repartición
del
producto social.

La relación fundamental de producción en la economía de la URSS se
presenta como una relación entre el obrero y el aparato estatal. Este
aparato constituye una clase (con diversos sectores: los militares, los
dirigentes políticos, los altos tecnócratas) beneficiándose no
solamente
de grandes ventajas de todo tipo sino también de una gran estabilidad,
tan
fuerte como la de cualquier burguesía clásica.

Sin duda hay luchas de clanes que también existen en las sociedades
occidentales de una forma o de otra. Aunque tampoco existe la forma
tradicional de herencia de grandes fortunas, sí existe la herencia de
privilegios sociales -sobre todo escolares-, que sigue siendo sumamente
importante.

¿Cómo entonces caracterizar esta sociedad de explotación que no es
capitalista en el sentido estricto de la palabra? Tenemos que retomar
las
características más generales del modo de producción capitalista, y al
hacerlo, veremos si las encontramos en la URSS.

- Una clase dispone de los medios de producción, tiene el monopolio de
la
gestión y determina la repartición del producto disponiendo de la
plusvalía.

- Los trabajadores están obligados a vender su fuerza de trabajo a
quienes
detentan los medios de producción por medio del salario.

- Una economía de crecimiento, de desarrollo de fuerzas productivas, de
concentración del capital, de tendencia a la expansión.

- La organización del trabajo bajo la lógica del taylorismo, el trabajo
asalariado, la jerarquía, los privilegios de los cuadros superiores, la
represión económica, los bonos de rendimiento, la reducción del trabajo
al
rol de ejecutante al servicio de la máquina y del plan de producción y
en
consecuencia, el sabotaje y el ausentismo.

- Las características del imperialismo, con el imperialismo interno:
"la
Gran Rusia", la consolidación de las relaciones coloniales, de países
saqueados ofreciendo a la metrópoli sus reservas de materias primas y
de
mano de obra baratas: sometimiento de los países del este europeo y
relaciones de dependencia establecidos con los países subdesarrollados.

- Competencia económica y estratégica inter-imperialista.

Esto nos obliga a constatar que la URSS reproduce las características
fundamentales de una sociedad capitalista, aún cuando haya substituido
a
la "libre empresa" por la concentración en un trust único del Estado, y
a
que la determinación de la fuerza de trabajo se escapa al "mercado
libre"
y a la relación de fuerzas que se establece en las luchas.

Este último punto es bastante grave en comparación con lo que se
produce
en los países que se reconocen como capitalistas. No solamente los
sindicatos libres están prohibidos, sino que los desplazamientos están
sujetos a autorización, y más aún, en el campo el trabajo se reduce al
trabajo forzado del esclavo, el obrero no es sino un simple engranaje
de
una maquinaria.

Estamos, efectivamente, en presencia de un capitalismo burocrático, o
capitalismo de Estado. No lo que hubieran pensado Marx o Engels como la
exitosa evolución del capitalismo occidental, sino que forjado a partir
de
las condiciones específicas de la Rusia de 1917, bajo la dirección de
los
bolcheviques asumiendo las necesidades de desarrollo del capitalismo en
la
ausencia o insuficiencia de una burguesía tradicional.

LA EDIFICACION DEL CAPITALISMO DE ESTADO

En nuestra opinión, no podemos hablar de los orígenes históricos del
capitalismo de estado, sin darle toda la importancia que amerita a cada
uno de los factores o condiciones, tales y como se presentaron en 1917
y
en el curso de los años que siguieron:

- La necesidad del capitalismo ruso de superar el régimen zarista y sus
estructuras arcaicas.

- La incapacidad de la burguesía tradicional de conducir una revolución
burguesa.

- La debilidad de las clases medias.

- La revuelta popular, campesina y proletaria, contra la continuación
de
la guerra.

- La necesidad de restablecer y desarrollar una economía moderna aunque
precaria.

- El aislamiento rápido de la Revolución rusa así como las concepciones
y
prácticas dirigentistas del partido bolchevique.

Si para la mayoría de los analistas no hay duda en lo que concierne a
las
condiciones objetivas y al ambiente de Rusia después del aborto de la
Revolución en otros países europeos, por el contrario, la importancia
de
las concepciones leninistas en lo que concierne al paso a la sociedad
socialista se deja frecuentemente en la sombra. Así creemos que es
indispensable reafirmar algunas nociones sin las cuales no
comprenderíamos
porque se tomó, desde el principio, la decisión de sustituir el poder
de
las masas por una oligarquía política, decisión que implicó la
represión
-entre otros- del movimiento makhnovista en Ucrania y la destrucción de
la
comuna de Kronstadt.

Sin duda podemos encontrar en Lenin acentos libertarios en el Estado y
la
Revolución, por ejemplo. Pero lo que importa, es lo que hay de
fundamental
en su pensamiento y que se tradujo efectivamente en la acción. Sus
escritos son particularmente claros en lo que concierne a los hechos, a
la
actualidad, y en los textos de 1917, se afirma claramente su
irresistible
inclinación por las más extremas y estrechas soluciones centralistas.

Así, escribe el 17 de septiembre, en La Catástrofe Inminente y los
Medios
para Conjurarla, después de haber manifestado su inclinación por las
formas de reglamentación del capitalismo moderno, particularmente de
Alemania, modelo de la economía de guerra, que el "servicio de trabajo
universal" es un paso hacia el socialismo, y que el "socialismo no es
otra
cosa que el monopolio capitalista del Estado al servicio del pueblo
entero". Existe en esta fórmula, al menos, el mérito del cinismo. Y
pasa
rápidamente a un estilo más provisto de ambigüedades que de franqueza.

Y si bien no se trata de reducir el periodo estalinista a una pura
continuación de la política de Lenin, es evidente que hay una
filiación.
Pero tenemos que remontarnos más alto: cualquiera que sea la
complejidad
del pensamiento de Lenin, éste está profundamente marcado por un
aspecto
del marxismo, aquel que Marx desarrolla en el seno de la 1era
internacional oponiéndose a la tesis de Bakunin, y que preconiza el
dominio de la economía por el Estado.

¿Qué dicen entonces Bakunin y sus amigos? En su carta al periódico de
Bruselas, La Libertad, el 5 de octubre de 1872, Bakunin saluda de
entrada
al revolucionario en Marx, el que "realmente quiere el levantamiento de
las masas", pero escribe: "Me pregunto cómo hace para no ver que el
establecimiento de una dictadura universal, colectiva o individual, de
una
dictadura que sería la labor maestra de obra de la revolución mundial,
regulando y dirigiendo el movimiento insurreccional de las masas en
todos
los países como se dirige una máquina, que el establecimiento de tal
dictadura bastaría para matar la revolución, para paralizar y enterrar
todos los movimientos populares."

Y, más adelante, Bakunin describe la Revolución vista por Marx en aquel
momento: "esta revolución consistirá en la expropiación sea progresiva
o
sea violenta, y en la apropiación de toda la tierra y de todo el
capital
por el Estado que, para poder cumplir su gran misión tanto económica
como
política, deberá ser necesariamente muy poderoso y fuertemente
centralista". A esto Bakunin opone la libre federación de las
colectividades de trabajo y vida, como diríamos hoy, "la autogestión
revolucionaria generalizada".

Hemos enumerado todos los factores y condiciones históricas en la Rusia
de
1917 y acabado de dar toda su importancia al fondo doctrinal del
leninismo, heredado de un cierto marxismo y precursor del estalinismo.
Por
lo tanto no podemos limitarnos a afirmar: "las teorías de Lenin han
conducido al capitalismo de Estado". Como tampoco podemos limitarnos a
afirmar: "las condiciones objetivas de la Revolución Rusa han
engendrado
la degeneración burocrática."

Para nosotros, es el conjunto lo verdadero, a saber: que el leninismo,
complejo de conceptos y de prácticas, marcado por el burocratismo (con
el
dirigentismo, el substitucionismo, el centralismo "democrático", la
teoría
del Estado obrero), el leninismo ha encontrado entonces condiciones
favorables (necesidades objetivas del capitalismo en un país poco
desarrollado y en situación de aislamiento, etc.) al establecimiento de
un
capitalismo de Estado.

Georges Fontenis
Abril de 1981


Extraído de www.anarkismo.net